jueves, 19 de julio de 2012

La extraña vida de Edward Mordrake

Querido lector:
Escribo esto no como un intento para redimir mis futuras acciones; entiendo que no hay poder en la tierra o el cielo que pueda absolver lo que llevaré a cabo. No me justificaré tampoco, mas si es que hay una pizca de bondad en su ser, espero que se conmisere con mi situación.

Como debe saber, mi nacimiento sucedió bajo circunstancias extraordinarias; la condesa de Darlington, mi madre, no me esperaba sino hasta unas semanas después. Creo firmemente que desde ahí comenzó la influencia maligna de mi hermana, intentando dañar desde su nacimiento a nuestra progenitora. 
A sabiendas de mi nana -ella nos hizo la confesión de nuestro nacimiento una de las primeras tardes que nos dejaron a su cuidado- el alumbramiento casi mata a nuestra madre. Mi nana tan sólo era una chiquilla acabada de ingresar al servicio, pero nunca olvidaría los gritos de dolor que se escucharon en cada rincón del castillo. Además, tan alejado del pueblo, el médico más cercano tardó unas buenas cuatro horas en llegar.

Cómo sobrevivimos no logro comprenderlo, ahora sé que nunca debimos haberlo hecho. Tal vez fue un designio maligno, de ningún otro tipo puede ser, el que nos permitió vivir. 
Mi madre, la pobre, tardó semanas en recuperarse.
Para ese entonces ya eramos la comidilla de todo el pueblo; las circunstancias de nuestro nacimiento expuestas. A pesar de eso a nuestros padres no pareció afectarles la situación. Crecimos lo más normal que pudimos, me dieron las mayores comodidades y todo lo que pudiera desear, promovieron mi gusto por la música y los estudios -debo reconocer que soy un violinista consumado - jugaba con todos mis hermanos y la vida continuaba en el castillo con relativa normalidad.

A decir verdad, por muchos años no me di cuenta de su maldad, tal vez se encontraba ella en un estado latente o sólo esperaba para hacerme el mayor daño.
Debí tener unos cinco años cuando la recuerdo hablarme por vez primera; había bajado al pueblo con mi nana y ahí estaban todos, mirándonos sin vergüenza alguna, unos pocos hasta persignándose -qué razón tenían-. Yo no entendía sus miradas y pregunté qué pasaba sin recibir respuesta. Hasta que la escuché tan clara, mi hermana murmurando palabras de fuego y sangre. Comencé a llorar y nos regresamos al castillo bajo las morbosas miradas de la gente.

Después de ese suceso mi hermana sólo me habló durante la noche -otro signo de su naturaleza demoniaca- para incitarme a cometer lo que no puedo explicar mas que como los actos más repudiables e indescriptibles.
Aunque no todo el tiempo fue así, había temporadas en las que no me dirigía la palabra; eran meses de paz en los que yo pude concentrarme en la práctica del violín y en cultivar unas pocas amistades. Y justo cuando pensaba que ya no volvería, que me había librado de su caprichosa y maligna voluntad, volvía a escuchar su terrible voz, tentándome, hablándole a mis pensamientos más oscuros e incitándolos a que tomaran acción.

Largas fueron las horas que pasé insomne, suplicante a que guardara silencio. Le rogaba al cielo en un principio y al final terminé por rogarle a ella que acabara su incesante murmullo. Los demás decían que no la escuchaban pero yo sí; la veía por los espejos, contaminando mi espíritu y llevándolo a la perdición, burlándose de mis súplicas con una expresión retorcida y malvada.
Su presencia me ha invadido a tal grado que ha convertido mis sueños en pesadillas ocupadas por demonios y apariciones retorcidas; las pocas veces que puedo conciliar el sueño, despierto con la respiración agitada y un sudor frío, tratando de olvidar las visiones que me presenta.

Le rogué a mis padres que nos separaran, que acabaran con ella ya que nada bueno podía provenir de su ser. Mis padres, horrorizados, se negaron rotundamente y trataron de distraerme con la posibilidad de viajes y actividades banales.
Estoy en mi límite, ella está consumiendo mi alma y antes de que no haya retorno y realmente cometa uno de esos innombrables actos debo acabar con esto.

Por alguna imperdonable maldad de mis antepasados estoy cosido a este demonio y estoy determinado a destruirlo aunque con esto toda posibilidad de redención me sea negada. Una bala en su frente terminará con su existencia y mi sufrimiento.


Ahora, después de conocer mi historia querido lector, sólo tengo una humilde petición, deseo que se me separe de esta abominación antes de enterrarme, no sea que sus horrendos murmullos continúen atormentándome en la tumba.


Edward Mordrake


domingo, 10 de junio de 2012

El telescopio

5 de junio
Hay algo extraño en el aire, una especie de electricidad que tiene a los gatos tensos y a mí con un sentimiento de agitación y fastidio, que no sé por qué ni cómo quitármelo. Al menos el fin de semana está cerca; desde que comenzaron las clases no había podido ir a acampar con Daniel y Luis, ya es hora de alejarme un rato de la ciudad.

9 de junio 
Acampar fue una buena idea después de todo, el cielo se despejó esa noche y pudimos ver las estrellas, aunque lo único que supe identificar es el cinturón de orión; platicamos un rato, principalmente de la escuela y de viejas. También supuestamente algo extraño pasó, mis amigos me dicen que me perdí en la sierra por un par de horas y que no se dieron cuenta cuando regresé porque ya que habían dejado de buscarme y regresado a la tienda yo ya estaba en mi sleeping dormido; No recuerdo nada de eso pero a como es Luis seguramente se lo inventó, además todos estuvimos tomando y nos pusimos medio pedos. 

14 de junio 
Hasta la madre de la escuela pero ya terminaron los finales. En unos días pienso buscarme un trabajo para ir ahorrando para el viaje que andamos planeando de mochilazo a Europa, no llevamos ni la mitad de lo planeado, en parte porque nos lo gastamos en cheve y salidas los fines, pero ay va la cosa.
Sigue esa atmósfera extraña en la ciudad aunque creo que ya casi me acostumbro a ella, ando bien mientras estoy ocupado pero batallo para dormirme y no descanso mucho, dicen que es la presión atmosférica y mamadas así pero quién sabe. Por lo pronto mañana voy a ayudarle a Daniel con su carro, necesita mantenimiento y mi papá tiene herramienta para eso.

16 de junio
Daniel tenía un mugrero en su carro pero ya quedó, le dije que con un cartón quedábamos tablas. Hoy pasaron en un noticiero un video donde supuestamente unas vacas estaban siendo abducidas por aliens, se veía muy real pero qué mamada, pensé que esas cosas nomás salían con Maussan, no en noticieros que se suponen son serios; Aunque ya no me debería sorprender, si la gente se cree todo lo que sale en La rosa de Guadalupe, porqué no mostrar en un espacio serio un video de vacas y extraterrestres, háganme el chingado favor. De jodido se hubieran secuestrado a la bola de políticos ratas que hay en el país, eso sí hubiera estado más interesante.

19 de junio
Ayer me mareé bien cabrón, empezó con un zumbido en los oídos y luego, suelo. Supongo me desmayé por un par de horas porque no recuerdo nada, lo bueno es que estaba solo en la casa así que al menos nadie supo, son muy exagerados con eso de la salud y para qué preocuparlos. Debió ser porque no desayuné ni comí por andar terminando las cosas que me encargó mi papá, se me fue el pedo esta vez.


21 de junio
Hoy caminando por Morelos me empezaron a hablar unos tipos de que la venida de los maestros intergalácticos ya viene y que me debo preparar para recibirlos y formar parte de ellos y no sé qué más. Por eso me gusta esa calle, siempre me encuentro a cada pinche loco aquí; y hasta eso estaba interesante su cotorreo, dicen que en una semana van a llegar con sus naves y que lo supieron por las coordenadas que dejaron en los plantíos de trigo en Tula de Allende hace unos meses, que hasta salió en las noticias para que los contactados supieran y se alistaran. Estaría chingón que vinieran los marcianitos a conquistarnos, total, ¿Qué tan peor se pueden poner las cosas?

25 de junio
No fue una buena noche, me empezó a doler la cabeza ojete y después de tomarme unas pastillas traté de dormir. No recuerdo mucho de mi pesadilla, sólo la sensación de estar flotando en un cuarto blanco y que unas manos abrían mi cuerpo y sacaban algo, no me dolía; pensándolo bien, no sé si es normal que nunca sienta dolor cuando sueño. Me desperté a medio día sudando, y más que nunca, sentía esa inexplicable tensión. El resto del día no pude hacer nada, me la pasé en la sala viendo la tele y tratando de no formar ni un pensamiento, que el dolor de cabeza no se me había pasado. Hasta ahorita pude levantarme y escribir un poco antes de dormir, espero no volver a soñar lo mismo.

26 de junio
Estuve buscando en una página algún trabajo de medio tiempo, creo que lo más probable será que entre a una de esas empresas de telemarketing, para andar jodiendo a la gente con que compre cosas que ni necesita ni quiere, se me hace que pagan decente por la joda. Ya Luis me dijo que también lleva algo guardado de lo que ha ayudado con el negocio de su mamá, Europa ya no está tan lejos.
Daniel está organizando peda en su casa el fin de semana y va a invitar a Monica, hace chingos que no sé de ella y no sé si estará la cosa tensa, y pues, a ver qué.
El dolor de cabeza ya es casi imperceptible pero sigue ahí, que -otra vez- es por un cambio en la presión atmosférica, yo ya sólo quiero que se me quite.

27 de junio
Mañana tengo la "entrevista" en Teleperformance, como si el proceso de selección estuviera tan cabron. Daniel me contó que nada más te dan una plática y si te convence entras a entrenamiento, así de fácil. 
Por cierto, llevamos a los gatos con el veterinario, se pusieron loquísimos ayer y no supimos por qué, de hecho apenas y pudimos meterlos en la jaula. El veterinario dijo que les iba a hacer análisis y a mantener en observación uno o dos días, mencionó que no eramos los únicos con mascotas comportándose así, que ya le habían llegado varios casos similares, supone que es algo que está en el ambiente pero aún no confirma nada.



Están aquí no puedo creerlo los locos de Morelos tenían razón no puedo creerlo Qué está pasando Esto no puede ser verdad Pero cómo pudiera ser mentira La nave es gigante es la chingadera más grande que haya visto está ahí en medio del cielo no es un puto efecto especial no hay cables no hay pantallas Cómo puede ser real Qué pasa con el sol Porqué oscurece Que mierdas está pasando Dios mio Dios mio no entiendo AAAAaAaaaaAh Soy yo Qué pasa como puedo ver mi cara desde mi estómago soy yo soy uno de ellos.



jueves, 31 de mayo de 2012

0 El loco

Te levantas sin apuros, sabes que tienes responsabilidades que cumplir, pero unicamente por hoy no te importan.
Caminas por el pasillo que da a la cocina, te encuentras tranquilo y hasta tarareando alguna canción de los Beatles. Preparas tu desayuno asi como te gusta: torrejas con mantequilla y miel extra, un poco tostadas. Recuerdas cuando tu mamá las preparaba para ti y eso te llena de un sentimiento cercano a la nostalgia. Te dan ganas de marcar el telefono pero desistes.
Comienzas tu desayuno, comes lentamente para disfrutar el crujido de cada pedazo, y su sabor de nuevo te deja con esa nostalgia sepia. Terminas y ni te preocupas por recoger los platos - Hoy no- te dices.
Caminas hacia la sala y te detienes para ver una vez más su foto, piensas que es tan bella y tan ella que sabes que siempre la vas a entender y sólo esperas que ella te entienda. Vas a tu cuarto y te vistes pausado, tanto que te toma media hora el terminar, pero eso no importa, hoy no hay prisa y sales a la calle con el sol bien arriba.

Tu cabeza se siente más despejada. Ya no eres el que eras ayer y estás tranquilo.

En tu camino te detienes en un parque y te sientas en una banca, piensas que hoy es un dia tan agradable y disfrutas del viento con olor a manzanilla. Sales del parque y te diriges, solamente hoy sin prisa, hacia el edificio donde tú trabajas. Saludas al guardia y tomas las escaleras. Subes un escalón, dos escalones, tres escalones, un piso, dos pisos, cuatro pisos, ocho pisos, hasta que llegas a la azotea. Te paras en la orilla y admiras la ciudad que se te presenta.

Recuerdas que alguien te dijo una vez que la vida es un viaje, piensas que esa persona diria que tu viaje es uno truncado. Y entonces saltas.

 

domingo, 13 de mayo de 2012

Stay hungry, stay foolish

Otro año ha pasado, ¿Qué puedo decir? Escribir aquí me cuesta cada vez más, no porque no lo disfrute, ya que comenzando es fácil sacar lo que usualmente ignoro, sino porque veo que escribo año con año con menos frecuencia. Al principio me decía que era porque no tenía tiempo o terminaba cansada, pero ahora eso ya no es excusa. Si bien no estoy completamente desocupada, hay bastantes horas libres que pudiera aprovechar y que ya que estoy aquí me pesa no hacerlo, porque eso me lleva a pensar que poco a poco me voy asentando en una comodísima rutina, y en turno voy dejando de soñar o ambicionar o querer, me hundo en la complacencia del mediocre.

Este ha sido un año estable, sin grandes cambios ni grandes dramas, y eso es bueno. Y comodo. Y aun así... Mi trabajo ya se tornó fácil, casi mecánico incluso. No debería dejar que me definiera, sin embargo lo hace. Y lo hace porque no tengo nada más, porque no produzco otra cosa. Aunque debo dejar en claro, no soy infeliz, de lo que me quejo es de que me falta, hay algo afuera que necesito y que aún no sé qué es, y lo que me pesa es que no estoy haciendo nada para descubrirlo. Pero este cuento es viejo, yo y mi pasividad somos antiguas amigas que rehusamos perder contacto. Y sé lo que tengo que hacer. Al menos en ese aspecto nunca necesité un psicólogo que me lo confirmara. Así que hay que celebrar otro año que se va y vivir el que le sigue, estoy cerca de lo que quiero, sólo necesito el empujoncito final. 


martes, 28 de febrero de 2012

Historia de las dos rocas

Había una vez, hace mucho tiempo, tanto tiempo que los nombres de las cosas aun eran nuevos y el hombre no había terminado de inventarlos todos- una mujer llamada Kalik. De cabello largo y negro que ondulaba con la más leve brisa, ella servía en la casa de una poderosa hechicera. Todos los días debía atenderla, limpiar su hogar y asistirla en sus estudios. El poco tiempo desocupado que sus actividades le dejaban, un par de horas durante el atardecer, usualmente lo aprovechaba para ver a Somat, un joven del pueblo vecino. Somat era amable y serio, robusto como los hombres de esos tiempos.
Verlos juntos era como presenciar una escena de la naturaleza, un frondoso árbol junto a su flor meciéndose placentera con el viento. En esas horas parecían mimetizarse con el bosque, casi sin moverse, hablándose quedito el uno al otro. Qué secretos se contaban nadie los pudo saber, no eran reservados con la gente del pueblo pero cuando se les preguntaba sobre el otro sólo sonreían levemente y con un extraño anhelo en los ojos evadían a la persona.


Los motivos de la hechicera nunca fueron claros, algunos dicen que fue la incompetencia de la muchacha, la hechicera era una mujer muy severa y caprichosa de vez en cuando, y las distracciones de Kalik fueron motivo de muchas horas de regaños y experimentos frustrados. Otros juran que fueron los celos; no por Kalik, que aunque era joven y hermosa, la hechicera si lo quería podía serlo aun más. Si eran celos lo eran por Somat, ya que lo único que la mujer no podía cambiar en el mundo eran los afectos, ni los suyos ni los ajenos.
La hechicera al principio no ponía mayor atención en ese muchacho taciturno que visitaba a su asistente, pero fueron los ojos de Kalik, tan intensos y a la vez apacibles cuando estaba con él, esa mirada fue el camino que la llevó a los ojos de Somat, profundos y sabios.

Pudiera decirse que la curiosidad fue el principio y la razón de todo, curiosidad por saber qué hacía Kalik en esas horas que no estaba a su lado, curiosidad por saber quién era ese muchacho al que ella parecía confiarle el alma, la curiosidad hizo que se acercara demasiado. Pero no trató de separarlos; el orgullo, parte integral de ella, nunca se lo permitió. Así que todo lo que se concedía hacer era mirarlos día tras día en uno de sus espejos.
Y Aunque al principio no lo notó, porque era un chispazo que desaparecía al distraerse, la furia fue creciendo lenta y constante, transformándola, hasta que no se pudo contener en su cuerpo.

Cual fuera la razón, la hechicera, una de esas tardes en las que el ocaso cubría al mundo de cobre y Kalik y Somat -juntos como todos los días- sólo eran unas sombras debajo de un fresno; con la rabia y el despecho desbordándose en los ojos, cantó uno de sus más terribles hechizos.
A los ojos de Somat, el cuerpo de Kalik se dividió; mientras una yacía en el suelo, la otra de piedra negrísima se erigía ante él, sin expresión, sólo su cabello de onix ondulaba con un movimiento sobrenatural. Ni siquiera se dio cuenta que él mismo estaba cambiando y creciendo, negro también, de roca y tierra, se había convertido en un gigante.

La hechicera, por un misterioso capricho, había dejado el cuerpo de Kalik intacto, su alma era la estatua negra que aparecía frente a Somat. Con un movimiento de su mano, hizo que la tierra se abriera, después suspiró en el oído de ella:

-Ve a mi jardín y sé su guardián.-

En el fondo del abismo, la hechicera había cultivado un oasis. Pocas veces se habían visto tantas maravillas juntas; ahí la mujer jugaba a ser creadora, rosas que luminecían en la oscuridad, enredaderas y arbustos de colores inexplicables, los frutos más dulces nunca creados.
Obedeciendo las palabras de la hechicera el alma de Kalik levitó hasta el fondo, no hubo cambios en su rostro de negro alabastro, ni siquiera una última mirada al que había sido su compañero. Somat con lo pesado que se había vuelto su cuerpo, no pudo evitar que descendiera. Entonces, asolado, tomó el cuerpo de Kalik y se dirigió al abismo. La hechicera le advirtió:

-No creas que porque tu cuerpo ahora es de roca soportará la caída, si decides ir tras ella, nunca podrás regresar.-

Somat no respondió, saltó al abismo, creció aún más de lo que lo había hecho, creció hasta convertirse en una montaña; entre sus manos estaba el cuerpo de Kalik, frágil e inerte, su cabello moviéndose furioso. El fondo del abismo estaba cada vez más cerca, Somat protegió el cascarón que una vez fue Kalik con todas sus fuerzas.
El impacto fue colosal, un titán había caído desde la superficie haciéndose pedazos, granito y tierra dispersándose. Lo que quedó no tenía forma alguna reconocible, excepto dos manos en forma de plegaria, dentro, guardada entre la tierra, el cuerpo de Kalik.

La estatua, que no se había movido en todo ese tiempo, volteó hacia su anterior cuerpo, y una lágrima que erosionaba su mejilla continuó recorriéndola y resquebrajando. El polvo que desprendió viajó hacia la carne humana. 

Algunos cuentan que la plegaria de Somat se hizo realidad y la mujer volvió a la vida, otros dicen que el alma de Kalik, al verse liberada, simplemente se dispersó para encontrar a su compañero. Nadie sabe la historia completa excepto la hechicera, y en todos estos años ningún hombre o creatura fantástica se ha atrevido a preguntarle, ¿Quién podría tener el valor de recordarle su hora más oscura?