jueves, 2 de julio de 2015

Onirios Pt. 4

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Si hay algo que ha cambiado con los años dentro del proyecto son las viviendas. Al principio a los clones se les daba una casa con patio; una opinión común es que los científicos los habían premiado por ser los primeros y los veían como algo parecido a sus hijos, otra conjetura es que los científicos estaban cuidándose de los posibles efectos que el hacinamiento produce en los humanos originales. La necesidad por el espacio llegó pronto. Optaron entonces por ubicar a los clones en pequeños departamentos de una recamara. Nunca fue lo más cómodo pero el entretenimiento no faltó, ya fuera con material originado en la tierra o con las creaciones que los nuevos clones producían. 

Al principio las vocaciones de los clones eran meramente utilitarias, -debía haber gente que supiera construir, reparar, administrar- pero conforme esas posiciones fueron llenadas, otras menos vitales fueron introducidas; nacieron los artistas. Esculturas, libros, pinturas, poco después programas de televisión y películas, los nuevos participaron en todos los ámbitos artísticos de la tierra. Sus primeros trabajos eran comprensiblemente muy cercanos a los de los originales, una copia para una copia, después intentaron alejarse de sus contrapartes y formaron una estética y un humor únicos, nacidos de las vivencias propias. 
Con el tiempo las creaciones de los clones fueron mucho más exitosas que las de la tierra, naturalmente los clones entendían a su público meta y ellos respondían con altos ratings, con llenos totales, con ejemplares agotados. A los científicos eso no les podía complacer más, los clones estaban satisfechos y entusiasmados, a pesar de las limitaciones del espacio, todo iba de acuerdo al plan que tenían. Hasta que no.


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