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Si
hay algo que ha cambiado con los años dentro del proyecto son las
viviendas. Al principio a los clones se les daba una casa con patio; una
opinión común es que los científicos los habían premiado por ser los
primeros y los veían como algo parecido a sus hijos, otra conjetura es
que los científicos estaban cuidándose de los posibles efectos que el
hacinamiento produce en los humanos originales. La necesidad por el
espacio llegó pronto. Optaron entonces por ubicar a los clones en
pequeños departamentos de una recamara. Nunca fue lo más cómodo pero el
entretenimiento no faltó, ya fuera con material originado en la tierra o
con las creaciones que los nuevos clones producían.
Al
principio las vocaciones de los clones eran meramente utilitarias,
-debía haber gente que supiera construir, reparar, administrar- pero
conforme esas posiciones fueron llenadas, otras menos vitales fueron
introducidas; nacieron los artistas. Esculturas, libros, pinturas, poco
después programas de televisión y películas, los nuevos participaron en
todos los ámbitos artísticos de la tierra. Sus primeros trabajos eran
comprensiblemente muy cercanos a los de los originales, una copia para
una copia, después intentaron alejarse de sus contrapartes y formaron
una estética y un humor únicos, nacidos de las vivencias propias.
Con el tiempo las creaciones de los clones fueron mucho más exitosas que
las de la tierra, naturalmente los clones entendían a su público meta y
ellos respondían con altos ratings, con llenos totales, con ejemplares
agotados. A los científicos eso no les podía complacer más, los clones
estaban satisfechos y entusiasmados, a pesar de las limitaciones del
espacio, todo iba de acuerdo al plan que tenían. Hasta que no.
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