domingo, 12 de octubre de 2008

Las fotografias

Hoy cumple años mi abuelo, el verlo caminar con andador por el accidente no me había impactado mucho, tal vez era ese mecanismo de defensa mío que hace que las cosas simplemente no importen.

Cuando era pequeña la impresión que tenía de él era la de un señor alto, grande cuasienorme que a veces llegaba a la casa y que sus órdenes eran ley. Sobra decir que le tenía bast
ante miedo, era su tamaño y también su expresión de autoridad. Cuando llegué a los 15 años y viajé con él, ese miedo se desintegró y hasta salió tantito cariño, mi abuelo consentidor y saludable.

Hoy precisamente en la casa me encontré con un albúm de fotografías de mis abuelos cuando eran jóvenes; Mi abuela con unas faldas enormes de crinolina, sonriente como quinceañera para la foto; La casa de mis bisabuelos cuando todavía era de mis bisabuelos, con sus árboles de mandarina y naranja, con sus macetas de flores enormes, que nunca supe cómo le hacía mi bisa para hacerlas crecer. Mi bisa con expresión severa, mandona fuerte y mis tías no con más años que los mios; mi abuelo flaco, galante con su chaqueta de piel. Todas memorias de blanco y negro.

En ese momento justo fue cuando hice la comparación entre el joven de la foto y el viejo del sillón y sé que todo es un ciclo y ahora el accidente y mi abuelo entre deprimido y activo por su trabajo, ha cambiado tanto. Sé que los años no escurren en balde, está en la naturaleza el cambio y el deterioro y mientras se tenga fuerzas para continuar hay que tener animo.


Pero bien sé que subí para descender, florecí para secarme, gocé para entristecerme, nací para vivir, viví para crecer, crecí para envejecer, envejecí para morirme. -Celestina



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