jueves, 9 de octubre de 2008

Vidas en perpendicular

Recuerdo a mi medio hermano, y al decir que lo recuerdo, no es su presencia física sino que de improviso llega hacia mí la conciencia de su existir. No puedo imaginar cómo vive, siempre me ha sido difícil concebir que alguien tan ajeno a mí, tenga algo así de esencial en común. Y entonces trato de pensar en cómo sería mi papá con él, sólo tengo narraciones a medias de parte de un tío, de cuando se juntaba toda la familia; Sí, hay primos que jamás he visto, tíos que no reconozco y abuelos que son una sombra de hace 15 años para mí.

No sé cuantos años tenga ya, serán 7 u 8. Sigo pensando que es difícil imaginar a mi papá siendo papá, cuidando de una familia, viendo crecer a su(s?) hijo(s?), continuando una vida tan diferente a la nuestra, tan sin nosotros, tan olvidado del pasado. ¿Cómo se logra eso? ¿Cómo se arrancan todas las raíces y se continúa sin marcas? ¿Cómo se olvida uno de un hijo? ¿Cómo se olvida de una familia y se comienza con otra? ¿Borrón y cuenta nueva? Alguna vez, de casualidad, ¿Se acordará de nosotros? Además de cuando nos demandó (palabra tan fea)--. ¿Le llegará la nostalgia, el remordimiento, la debilidad?

Ese niño no sé si sepa que existimos, no sé si conozca la historia de su papá, que también es el mío. Y si acaso la conociera, ¿Llegaría a darle sus correspondientes dimensiones? ¿Podría imaginar, como yo no puedo, una vida distinta para su padre, un pasado sin que ni siquiera una intención de su ser exista? ¿Unos hermanos de 21 y 18 años que jamás ha visto?

Yo no puedo imaginar a mi padre siendo padre, así como este medio hermano no debe poder imaginar a su padre ser otra cosa que su padre.




No hay comentarios: